La política colombiana llega a la recta previa a 2026 con un elemento en común entre los grandes bloques ideológicos: la división interna. Tanto en la derecha como en la izquierda emergen rupturas que no solo alteran sus cálculos de poder, sino que amenazan su capacidad de consolidar candidaturas competitivas en un escenario electoral cada vez más fragmentado.
En la derecha, la exclusión de Miguel Uribe Londoño del abanico de precandidatos del Centro Democrático confirmó una fisura que se venía gestando desde hace meses. La dirección del partido tomó la decisión tras versiones —rechazadas por el propio Uribe Londoño— según las cuales habría expresado respaldo al abogado Abelardo de la Espriella, figura en ascenso pero ajena al uribismo. Uribe Londoño respondió denunciando un proceso interno poco transparente y aseguró que su salida se basa en “rumores y especulaciones”. Con su retiro, la competencia se reduce a Cabal, Valencia y Holguín, pero la cohesión del partido queda en entredicho: sectores jóvenes pedían su salida, mientras otros temen que la división facilite el crecimiento de candidaturas externas que compiten por el mismo electorado.
Al otro extremo del espectro ideológico, la izquierda enfrenta una ruptura igual de delicada. El líder caribeño Carlos Caicedo se distanció definitivamente del presidente Gustavo Petro, acusando al gobierno de centralismo y de marginar a su movimiento, Fuerza Ciudadana.
El final de estas relaciones no solo tiene un impacto simbólico: Caicedo controla una base electoral significativa en la Costa Caribe, región clave para cualquier aspiración presidencial del Pacto Histórico. Su retiro podría traducirse en una pérdida de votos estratégicos y abrir la puerta a un nuevo actor progresista que compita por fuera del petrismo.
La consecuencia es evidente: tanto la derecha como la izquierda avanzan divididas, con candidaturas y procesos de dipersión y con un electorado que observa cómo los proyectos internos parecen separarse antes que consolidarse. En este clima, los aspirantes alternativos —de centro, independientes o de corte antipolítico— pueden encontrar terreno para crecer, aumentando aún más las tensiones en el panorama político general.
Foto Carlos Caicedo: El Espectador/Mauricio Alvarado
Foto Miguel Uribe Londoño: Caracol radio/Centro Democrático
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