El Centro Democrático oficializó la designación de la senadora Paloma Valencia como su candidata presidencial para las elecciones de 2026, en una decisión que marca un punto de inflexión para el partido fundado por el expresidente Álvaro Uribe. La escogencia busca cerrar filas tras meses de debates internos y proyectar una candidatura con identidad ideológica clara en un escenario electoral cada vez más fragmentado.
Valencia, una de las figuras más visibles del uribismo en el Congreso, asume la candidatura con el respaldo de los órganos directivos del partido y el desafío inmediato de consolidar la unidad interna. Su trayectoria legislativa, caracterizada por una oposición frontal al Gobierno y una defensa constante de las banderas de seguridad, institucionalidad y libre empresa, la posiciona como una candidata de línea dura dentro de la derecha colombiana.
En su primera declaración tras la designación, Valencia afirmó que su campaña buscará “recuperar el rumbo del país” y ofrecer una alternativa clara frente al proyecto político del actual Gobierno. Insistió en que su candidatura no solo representa al Centro Democrático, sino a sectores ciudadanos preocupados por la seguridad, la economía y la estabilidad institucional.
La nominación se produce en un contexto complejo para la oposición. La derecha enfrenta una dispersión de candidaturas independientes y la dificultad de articular una coalición amplia. En ese escenario, la candidatura de Valencia apuesta por fortalecer primero la identidad partidista antes de explorar eventuales alianzas con otros sectores afines.
Analistas coinciden en que su designación mueve de manera sensible el tablero electoral. Por un lado, consolida al Centro Democrático con una candidata definida. Y por otro, obliga a los demás aspirantes del mismo espectro a decidir entre competir de forma independiente o buscar acuerdos de inmediato.
Con esta decisión, el Centro Democrático toma su esperada decisión para entrar en la recta final de la carrera presidencial. El reto de Paloma Valencia será ampliar su base más allá del electorado tradicional del uribismo y convertir su liderazgo político en una opción competitiva para atraer a toda la oposición frente a la propuesta de izquierda de la actual admnistación.
No hay comentarios